A
veinte minutos de Manchester, en un frondoso y abigarrado valle, se
está cociendo una sabrosa revolución que responde al audaz
nombre de Increíbles y Comestibles. La idea es así de simple:
se plantan a discreción verduras, hierbas y árboles frutales en 70
espacios públicos. Se mantienen gracias a la labor de 280
voluntariosque le dedican dos mañanas al mes a la faena. Y todo
el pueblopuede servirse gratis y a placercuando llega la hora
de la cosecha.
El pueblo en cuestión se
llama Todmorden, tiene apenas 15.000 almas y
se ha convertido en el epicentro de un movimiento -Incredible
Edible- que se está propagando por el Reino Unido a la velocidad
de las esporas, bendecido en persona por el príncipe Carlos y
replicado ya al otro lado del estrecho de Calais.
"El
secreto está en que somos el movimiento más inclusivo del mundo",
asegura Mary Clear, una de las fundadoras. "Nuestro lema es así
de simple: 'Si comes, estás dentro'.Aquí no discriminamos a
nadie por sus diferencias alimenticias, ni se nos va el tiempo
echando sermones. La diferencia se marca pasando a la acción. En eso
estamos".
Tan persuasivos son los argumentos de
Increíbles y Comestibles que tienen incluso a la policía
cultivando maíz dulce y cebollas japonesas para todo el
pueblo. Junto al hospital han plantado una "apoteca" de
plantas medicinales. A las puertas del teatro local crecen las
tomateras. Y junto a la iglesia unitaria, en la colina más alta del
pueblo, se prodigan las coles y las acelgas.
Mary
Clear ha subido hasta aquí para arrancar unas cuantas hojas para la
cena. El vergel que ella misma ha plantado en el esquinazo de su
casa, en la calle Cockpit, se lo cede generosamente a sus vecinos y a
todo el que venga de visita: espinacas, brécoles, berros, guisantes,
judías...
Nada más bajar de la estación de tren, los
reclamos de Incredible Edible nos persiguen como una suculenta
tentación, comparable sólo a la experiencia de ir arrancando
manzanas y peras de los 800 árboles frutales, o a la de saborear lo
mejor de la cosecha cocinada en The Bear, la cooperativa, café,
restaurante y punto de encuentro local.
Allí
conocemos a Estelle Brown, anfitriona de excepción, que
nos regala el primer paseo 'comestible' por el canal de Rochdale, con
parada obligada ante los cerezos y el jardín de hierbas que ha
plantado Mario, el dueño del garaje aledaño. "Cuando
empezamos, en 2007, hubo gente que veía todo esto como una
excentricidad o un capricho", admite Estelle. "Ahora,
con la crisis, se empieza a ver casi como una necesidad: hay que
estar preparados para los malos tiempos".
Crear jardines "artificialmente"
Recuerda
también Estelle cómo al principio todo eran dudas sobre dónde
plantar y a quién pedir permiso. "Con el tiempo nos dimos
cuenta de que lo mejor era sembrar directamente y crear jardines
'accidentales'. Ni siquiera le llamamos a esto gerrillas 'verdes'. Lo
que hacemos no tiene nada de 'bélico' ni de provocador, yo más
bien diría que estamos haciendo una revolución gentil desde lo
local. Y lo bueno es que los 'poderes' nos ven con buenos ojos,
porque algo está cambiando profundamente en el pueblo".
ElAyuntamiento
ha cedido el solar del viejo hospital,
junto al río, donde han echado ya raíces los primeros árboles del
futuro gran jardín comestible, con la ayuda de los trabajadores de
VolkerStevin y de Considerate Constructors (Constructores
Considerados). Todo parece tener un nombre sugerente en Todmorden,
empezando por el pueblo, al que sus habitantes llaman cariñosamente
'Tod'.
En el
aparcamiento del nuevo hospital, sobre varias camas de cultivo, crece
el herbolario
local, cuidado
primorosamente por la 'boticaria' Helena Cook. Equinácea para
fortalecer las defensas, achicoria para el aparato digestivo, romero
para las enfermedades respiratorias, caléndula para las curar las
infecciones.
Las
ocho escuelas del pueblo se han hecho también "increíbles y
comestibles", y en una de ellas se está habilitando unagranja
piscícola, donde también se cultivará por hidroponía.
Entre tanto, el programa Every Egg Matters está llenando Todmorden
de gallinas, con el objetivo de llegar en el 2018 a una producción
de 30.000 nuevos semanales, suficientes para todo el pueblo.
"Seamos
realistas: no vamos a conseguir la autosufiencia alimentaria, pero al
menos estamos trazando el camino", reconoce Mary Clear, la
'agitadora' del grupo, con todo el saber acumulado de sus años de
trabajadora comunitaria y con el "sentido común" aplicado
al arte del cultivo. "Nuestros
huertos son pura 'propaganda verde',
aunque el efecto que han tenido en estos años ha sido tremendo",
asegura la enérgica Mary. "El consumo de productos locales ha
aumentado tremendamente, los comercios que al principio nos miraban
con recelo ahora quieren ser increíbles y comestibles".
Mientras
toda Gran Bretaña se prepara para el atracón
del jubileo,
Todmorden, el pueblo que llegó a ser el centro textil del West
Yorkshire, se viste estos días de gala para consagrar la primavera
en el primer Desfile de la Polinización. Aunque la gran celebración
del año llegará en octubre, en la Fiesta de la Cosecha a la que
contribuye todo el pueblo, con todas las viandas locales servidas
directamente del huerto al plato. ¡Que aproveche!
Genial!!! Digno de importar, lo hacemos??
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